viernes, 1 de febrero de 2019

Una historia desgraciadamente usual

photo credit: D-Stanley <a href="http://www.flickr.com/photos/79721788@N00/46713576021">Hills of Equatorial Guinea</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/">(license)</a>


Marta tiene 35 años y es de Nigeria, nació en la ciudad de Benin.

Perdió a su madre a los 9 años de edad cuando falleció por causas naturales. Unos años más tarde cuando tenía 16 perdió a su padre el cual falleció por problemas cardíacos además de otros problemas de salud derivados de su oficio de militar y los años de carga física y mental que este oficio exige.

Marta tiene dos hermanos con los que no mantiene contacto alguno y de los cuales no quiere hablar mucho. Actualmente uno vive en Noruega y el otro en Italia.

Deducimos que parte de su dura infancia podría deberse al hecho de ser la única hija y quizá el hecho de tener un padre militar en una sociedad en la que la mujer no tiene tantos derechos y libertades como en la sociedad occidental. Ella afirma en la entrevista que no quiere saber nada de lo que queda de su familia y que esta contenta de poder iniciar una nueva etapa en la vida aquí, en Valencia.

Marta asistió a la escuela cuando tuvo la altura necesaria exigida. En este punto tuvimos que cortarla para preguntar qué quería decir exactamente con eso. Marta nos dijo entre risas que en Nigeria los niños no empiezan a escolarizarse a una edad determinada si no que cuando alcanzan una altura se les considera suficientemente mayores para ir a la escuela, de esta forma nos dijo que en las clases había niños de diferentes edades y que esto es normal.

En Benin City como dice Marta, o Ciudad de Benin como lo conocemos aquí hay multitud de escuelas tantas que no sabría decirnos el número exacto.

De la misma forma también hay varias universidades, públicas, privadas, especializadas en un área de conocimientos, etc.

Años más tarde cuando terminó la escuela acudió a la universidad. Allí conoció a su novio con el que estuvo casi todo el tiempo que pasó en la universidad y del que prefiere no decir su nombre. Le preguntamos si tenía o quería tener algún hijo a lo que contestó que no tenía ni quería tener por el momento.

El escaso número de relaciones con hombres posiblemente viene de la relación de Marta con la religión. Desde muy pequeña acudió a la iglesia, se considera cristiana católica practicante y en Nigeria acudía también los fines de semana a cantar en el coro de la iglesia.

Volviendo a la Universidad, Marta terminó la carrera de Agricultura Económica y realizó el servicio militar obligatorio. Nos explica que cualquier persona en Nigeria que asista a educación superior debe realizar el servicio militar obligatorio nada más terminar estos estudios.

Le preguntamos si conoce la riqueza de su país pues tenemos curiosidad por saber qué piensa una persona nigeriana de su país y cómo se sitúa Nigeria en el mundo.

Ella es consciente de que su país es rico y tiene recursos, de hecho va más allá y nos cuenta que Nigeria produce todos los bienes y podría perfectamente autoabastecerse. Asegura que Nigeria es más rico que España.

Culpa a la corrupción y los intereses de los grandes países de la situación del país. Seguimos con el tema de la corrupción y nos cuenta que allí debes pagar a la policía por casi cualquier cosa, que tienen carta blanca para detener y obstaculizar procesos que no interesen al gobierno.

Como estamos en el tema social preguntamos si Nigeria y en concreto Benin City es seguro y si hay una brecha económica entre segmentos de la sociedad.

Marta nos cuenta como alucinada por la pregunta que no es una ciudad segura; hay asesinatos y violaciones, es muy común ver a gente peleando por las calles y en la misma calle de su casa dispararon a un hombre. Años más tarde también hubo un asesinato estando ella en la universidad siendo ella testigo del mismo.

En relación al tema racial y las diferencias culturales con nosotros le preguntamos cúal es la imagen que se tiene en Nigeria de las personas blancas. Después de meditarlo unos segundos nos cuenta que las personas blancas son vistas como reyes incluso como dioses, bromea. Todas las personas quieren hablar con estas personas, contentarlas y entablar amistad con ellas.

Las personas blancas se ven como gente de riqueza y recursos en Nigeria a lo que nos viene otra cuestión a la mente, ¿Cómo de complicado es hacerse rico en Nigeria o escalar socialmente?

Nos comenta que es muy fácil hacerse rico, mucha gente que consigue llegar a Europa con el dinero que gana allí envía una parte a su familia y dado que su divisa es muy débil respecto a los euros, en pocos años la familia de esta persona puede ser rica. También retomando el tema de la corrupción añade que si tienes contactos o conoces a las personas adecuadas y sabes contentarlas es posible que utilicen su influencia para hacerte rico y poderoso dentro de la sociedad nigeriana, aunque esto es más complicado que suceda.

Damos por terminada esta fase de la entrevista que es más enfocada a su época de vida en Nigeria y pasamos a la historia de cómo llegó a España y su etapa de vida en Valencia.
Marta se embarcó en lo que le dijeron que sería un transporte totalmente normal y seguro hacia España. Este resulta ser caro pero cuenta con la seguridad de una organización de hombres que la cubrían desde Benin City hasta el territorio español, incluso protegiéndola también ante potenciales amenazas.

En este tipo de zonas del mundo, Marta nos comenta que como ella, muchos prefieren poner su vida en manos de otras personas incluso llegando a arriesgar su vida solo por no quedarse en el lugar donde se encuentran.

Todos estos servicios pasaron en el momento en que se embarcó en las denominadas “pateras” a ser supuestos, hasta que en mitad del mar, Marta se dio cuenta de que no se trataba de un viaje normal, sino de una de las prácticas de este tipo de organizaciones que se dedican a transportar a individuos de África a Europa en unas condiciones precarias a cambio de un esfuerzo masivo económico que hacen estas personas. Y lo normal es incluso llegar sin vida a los destinos, pero en caso de llegar con vida aún se pagaría un recargo y además pasarías a estar bajo el “arresto” de las partes de la organización que se encuentren en destino, con la excusa de que dan protección ante violaciones y actos de esclavitud. Protección que se sigue pagando una vez pasado el mar.

Marta nos contaba que en el mismo bote donde ella viajaba vio gente morir, mujeres con niños recién nacidos y también varias enfermedades a bordo. Incluso tiene un desconocimiento de dónde llegó su barco concretamente

A pesar de todas las barreras que se encontró Marta, de haber cruzado con vida a Europa, de haber llegado sana y salva, tenía que superar todavía a la organización que le tenía bajo arresto. Marta escapó. Corrió. Fue entonces que llegó a una iglesia y esta la acogió y le buscó una familia de acogida donde ejercía tareas domésticas.

El problema vino cuando una integrante de esta familia de edad mayor bajo un acto racista hizo que volviera a la iglesia, y fue entonces cuando un día la policía intervino debido a que no tenía papeles y fue a parar a donde hoy reside, el Instituto Social Obrero de Valencia.

Marta lleva viviendo 2 años y 3 meses en Valencia y bajo el amparo de la organización ha conseguido un empleo de costurera y un sitio donde vivir. Tiene clases de español y está a gusto con su vida y muy agradecida.

Cuando le preguntamos por actos racistas en España nos responde que los únicos que ha vivido han venido de parte de gente que vivía en la misma casa. Estos mayoritariamente son los de los países del Este.

También insistió en que no quería volver a Nigeria.

Para concluir, diremos que nos ha impactado mucho la historia de Marta. Pero no solo es la historia de Marta, sino la de miles de personas que todos los días se enfrentan a prácticas similares que ponen su vida en riesgo y a manos del crimen organizado. Miles de personas que solamente quieren vivir una vida mejor y a las que se les niega el derecho de emigrar con seguridad, derechos que dentro de Europa, para los europeos están sobreentendidos.

Esta visita nos hace ver otra realidad paralela a la que vivimos en nuestro día a día, nos ha hecho ser más agradecidos y sobretodo pensar más en el que tenemos al lado.

Es una suerte poder tener esta clase de salidas donde entremos en contacto con la educación y concienciación social, ya que de esta manera no solo obtenemos una formación académica sino también personal.

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